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domingo, 18 de noviembre de 2007

Alimentación en el embarazo

La embarazada vive grandes cambios a los que tendrá que adaptarse con la mayor normalidad y naturalidad posibles para disfrutar, y no padecer, desde el principio el proceso de gestar un nuevo ser. Uno de los aspectos que más dudas y temores genera es la alimentación. Sin embargo, lejos de ser un problema, puede y debe seguir siendo una experiencia sana y placentera si se siguen unas pautas muy sencillas.
Comer con inteligencia
Cuantiosa es la información que llega a la embarazada sobre lo que en teoría "debe" o "no debe hacer". El listado de recomendaciones y advertencias es copioso. Esa avalancha de recomendaciones hace que se sienta insegura, de forma especial si es madre primeriza. Primer consejo: ni hay que obsesionarse con la dieta o el peso, ni tampoco acabar en el polo opuesto; es decir, relajarse demasiado, pasando por alto el consejo profesional o dejándose llevar por aquello que más apetece o por los clásicos antojos (fenómeno que no tiene mayor trascendencia, siempre y cuando no sea la causa de un desequilibrio alimentario).
¿Cuántas calorías necesito?
Las necesidades de energía varían a lo largo del embarazo. Si el peso de la mujer en el momento de quedar embarazada es el adecuado, bastaría con tener en cuenta que a partir de la segunda mitad de la gestación aumentan las necesidades energéticas a razón de 250-300 calorías "extras" diarias. Puesto que los requerimientos de ciertos nutrientes también crecen en esta etapa, con incrementar la cantidad de lácteos y cereales ya es suficiente. Por ejemplo:1 vaso de leche y una marraqueta de pan aportan poco más de 300 calorías y los lácteos cubren el 100% de las necesidades "extras" de calcio que exige el embarazo. Esta aclaración ayuda a desterrar el mito de que la embarazada deba comer por dos. La madre lleva en su seno un ser muy pequeño y, por tanto, no hay razón para que lo alimente como un adulto.
Consejos para alimentarse y sentirse mejor
5 a 6 comidas al día
Conviene hacer de 5 a 6 comidas al día. Evita sobrecargar el estómago, las digestiones son más ágiles y mejora el control de la glucosa en sangre, de especial importancia en caso de diabetes gestacional.
¿Qué alimentos deben estar siempre en la mesa?
La alimentación tiene que ser variada. Lo que distingue la dieta de la embarazada de la que no lo está afecta fundamentalmente a las raciones de lácteos y de alimentos ricos en hidratos de carbono: cereales y sus derivados -pan, galletas, pasta, etc.-, papas y legumbres.
¿Cuánta agua hay que beber?
Puesto que durante el embarazo crece la cantidad de sangre circulante, debe aumentar la ingesta de líquidos. Entre 4 y 8 vasos de agua cada día permiten un mejor funcionamiento de los riñones y reducen la retención de líquidos. Además de agua se aconseja tomar zumos, jugos de hortalizas, caldos e infusiones suaves y no excitantes.
Más ácido fólico, calcio y hierro
El embarazo exige cantidades extras de nutrientes relacionados con el crecimiento y el desarrollo del bebé. El ácido fólico es fundamental en las primeras semanas, por lo que los matrones prescriben complementos cuando se confirma el embarazo. Por lo general no es necesario tomar comprimidos de calcio porque la dieta cubre los requerimientos. El déficit de hierro suele ser común en los últimos meses, pero tu matrona determinará, después de estudiar los resultados de los análisis de sangre de la mujer embarazada, si es preciso tomar cantidades extras.
Combatir las molestias digestivas
Náuseas y vómitos
Suelen presentarse a los pocos días de identificarse el retraso menstrual. Si los vómitos son intensos hay que acudir a tu matrona o matrón para asegurarse de que el embarazo progresa con normalidad. Si son moderados, no revisten riesgo. Ante los vómitos es necesaria la rehidratación con suero oral -1 litro de agua hervida, el zumo de 1-2 limones, 1 cucharada de azúcar, una pizca de bicarbonato y otra de sal- o bebidas isotónicas. Suelen tolerarse mejor los alimentos más solidos como las galletas, los purés espesos, el arroz, etc.
Acidez y digestiones pesadas
Estos síntomas suelen aparecer en el tercer trimestre. El consejo dietético se basa principalmente en distribuir la alimentación en 5 o más comidas al día, comer despacio, ingerir los líquidos fuera de las comidas para facilitar la digestión y evitar tumbarse después de comer porque facilita el paso de los ácidos gástricos hacia el esófago.
Estreñimiento
Para aliviar o prevenir esta molestia conviene beber suficiente agua, tomar más fibra -hortalizas y verduras, frutas frescas y secas, frutos secos, cereales integrales y legumbres-, unos o dos yogures cada día y, sólo bajo consejo profesional, se podrá recurrir a complementos de fibra o laxantes suaves.

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